Desde que tengo uso de razón, National Geographic, me ha sorprendido gratamente con sus espectaculares fotografías y descubrimientos, a veces tan increíbles que parecen de cuento.
Con 56 centímetros de largo y sacado del interior de su madre, esta vez nos descubre un feto de tiburón un tanto peculiar.
El feto tiene un único ojo en la parte delantera de su cabeza por una condición congénita llamada ciclopía, que se produce en varias especies animales, incluyendo los seres humanos.
Asombrado, publicó el hallazgo en Facebook, hecho que le dio pie para cederlo a la investigación y un grupo de biólogos del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas de La Paz, México, decidieron investigar qué le había ocurrido al animal.
Los científicos realizaron oportunas radiografías al feto y revisaron investigaciones previas sobre ciclopía en otras especies para confirmar que se trataba de un tiburón cíclope.
Los tiburones cíclopes habían sido documentados con anterioridad, pero ninguno ha sido capturado fuera de la matriz materna. Por lo que se piensa que no son capaces de sobrevivir mucho tiempo en la naturaleza.
Desde luego no deja de ser toda una rareza.
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