martes, 26 de agosto de 2014

Pez Vela / Istiophorus

Ambas subspecies de pez vela, la atlántica y la indo-pacífica, viven en las zonas cálidas y templadas de los océanos de todo el mundo. Son entre azules y grises con el vientre blanco. Se llaman así debido a su espectacular aleta dorsal que abarca casi toda la longitud de su cuerpo y que mide mucho más de largo de lo que mide su cuerpo de ancho.
Istiophoridae.jpg
Pertenecen a la familia de los marlines y, al igual que ellos, la mandíbula superior sobresale por encima de la inferior, formando una punta muy afilada, como un arpón. Se encuentran cerca de la superficie del mar, normalmente lejos de los bancos de peces (sardinas o anchoas), de los que se alimentan y que a menudo guían con su “vela”, convirtiéndolos en presa fácil. Completan su dieta con calamares y pulpos.
Estos poderosos y aerodinámicos peces pueden llegar a medir más de 3 metros de largo y pesar hasta 100 kilogramos. Cuando les atrapa el anzuelo, ofrecen gran resistencia, saltando y nadando de forma espectacular, por lo que a veces se tarda horas en llevarlos a tierra.
Es una especie abundante y se les considera una población estable, por lo que no tienen estatus de protección especial, no obstante suelen ser de gran interés en competiciones de pesca y esto puede hacer peligrar su número en regiones específicas.
Son considerados los peces más rápidos del planeta debido a que pueden llegar alcanzar los 110 km / h

domingo, 24 de agosto de 2014

Tiburón cíclope

Desde que tengo uso de razón, National Geographic, me ha sorprendido gratamente con sus espectaculares fotografías y descubrimientos, a veces tan increíbles que parecen de cuento.
Con 56 centímetros de largo y sacado del interior de su madre, esta vez nos descubre un feto de tiburón un tanto peculiar.
El feto tiene un único ojo en la parte delantera de su cabeza por una condición congénita llamada ciclopía, que se produce en varias especies animales, incluyendo los seres humanos.
A principios de este año, un pescador llamado Enrique Lucero, capturó un tiburón hembra cerca deIsla Cerralvo, en el Golfo de California. Cuando abrió su captura, descubrió nueve descendientes normales más otro que no lo parecía. Solo tenía un ojo gigantesco en la parte delantera de la cabeza.
Asombrado, publicó el hallazgo en Facebook, hecho que le dio pie para cederlo a la investigación y un grupo de biólogos del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas de La Paz, México, decidieron investigar qué le había ocurrido al animal.
Los científicos realizaron oportunas radiografías al feto y revisaron investigaciones previas sobre ciclopía en otras especies para confirmar que se trataba de un tiburón cíclope.
Los tiburones cíclopes habían sido documentados con anterioridad, pero ninguno ha sido capturado fuera de la matriz materna. Por lo que se piensa que no son capaces de sobrevivir mucho tiempo en la naturaleza.
Desde luego no deja de ser toda una rareza.